(Foto: GEC)
(Foto: GEC)

El presidente de la República Martín Vizcarra informó el viernes que las fuerzas armadas realizarán vuelos nocturnos para combatir la minería ilegal en la región amazónica de Madre de Dios, el epicentro de la deforestación por esta práctica.

"A través de vuelos nocturnos, las fuerzas del orden ubicarán a los mineros ilegales y, con esa información, en campañas diurnas se les capturará", dijo el mandatario durante una visita en una zona recuperada por las fuerzas del orden, conocida como La Pampa, en la reserva natural de Tambopata de Madre de Dios.

Esta zona, que antes de la década de 1970 era parte de la exuberante selva peruana, se había convertido en un desierto de unas 110 hectáreas, que se expandía cada semana debido al uso de mercurio y otros elementos contaminantes.

Militares y policías lanzaron en febrero de este año una operación conjunta contra la minería ilegal, 13 meses después de que el papa Francisco llamara a proteger a sus comunidades y recursos naturales.

"Vamos a ir tras ellos y por eso estamos dando todo el apoyo logístico a las Fuerzas Armadas y a la Policía Nacional", señaló el mandatario, quien estuvo acompañado de varios ministros, del embajador de Estados Unidos, Krishna R. Urs, con la finalidad de entregar donaciones de carpas y equipos a las fuerzas del orden que combaten a la minería ilegal.

Martín Vizcarra aseguró que el gobierno no retrocederá en la decisión de recuperar la zona de La Pampa y erradicar a la minería ilegal que causa deforestación y daño al medio ambiente

Recordó que el combate a la minería ilegal se realiza en tres ejes en dos años: el de la fuerza, el eje social y el eje productivo.

"El eje productivo busca convertir a la zona de La Pampa en una zona rentable en la cual las familias logren obtener un ingreso económico rentable que les permita desarrollarse ajenas a actividades ilegales", explicó.

"Si al final de los dos años en la evaluación vemos que es necesario continuar, seguiremos por dos o tres años más hasta que esté recuperada totalmente la zona", dijo.

Durante la intervención militar y policial en febrero se conoció que en esa zona operaban más de 6,000 mineros ilegales, con métodos artesanales y otros con maquinaria pesada, y en las cercanías se formó una ciudad sin ley donde viven otras 25,000 personas. Todos los negocios de la aldea eran ilegales, tanto cantinas, almacenes y licorerías como farmacias y prostíbulos.