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Las autoridades peruanas decomisaron más de 31 kilos de procedentes presuntamente de la que se practica en los ríos del sur de la Amazonía peruana, anunció este viernes la Fiscalía.

La mercancía, valorada en alrededor de un millón de dólares, fue incautada en las instalaciones aduaneras del aeropuerto internacional Jorge Chávez, situado en la ciudad portuaria del Callao.

La incautación estuvo a cargo del fiscal Hamilton Castro, quien precisó que el había sido inmovilizado por las autoridades aduaneras para evitar que saliese al extranjero.

El magistrado indicó que el metal precioso pertenecía a la empresa Sol Creciente, quien había iniciado un trámite aduanero para exportarlo con documentación sobre explotaciones auríferas simuladas.

La compañía había presuntamente falseado información sobre el origen de oro al indicar una explotación inexistente en la provincia de Tambopata, en la región de Madre de Dios, fronteriza con Bolivia y Brasil.

El oro fue trasladado a las bóvedas del Banco de la Nación, donde quedaron bajo custodia del Programa Nacional de Bienes Incautados (Pronabi), que se encarga de administrar las expropiaciones realizadas por los diferentes estamentos del Estado.

La minería ilegal es la principal amenaza para la deforestación de la Amazonía en el sur de Perú, ya que ha arrasado con unas 8,000 hectáreas de selva en la zona de La Pampa, el mayor campamento de mineros ilegales, recientemente desalojado en un gran operativo del Gobierno peruano.

Gran parte de la zona arrasada se encuentra en la zona de amortiguación de la reserva nacional de Tambopata, un espacio de transición entre el área natural protegida y su entorno donde también está prohibida cualquier tipo de minería.

Además de la deforestación, la en los ríos de la Amazonía también conlleva la contaminación de sus aguas por el uso de mercurio y otros metales pesados, lo que intoxica a los peces y, por ende, a cientos de comunidades indígenas que los pescan y los comen.

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