(AFP).- Mide 37 metros y emula al Cristo de Corcovado de Río de Janeiro. El monumento Cristo del Pacífico fue donado por Odebrecht a Perú, país en donde pagó millonarios sobornos para ganar obras públicas, y que ahora tiene a tres expresidentes al borde de la crucifixión.
"Es un Cristo similar al de Corcovado, al que he denominado Cristo del Pacífico. Congregué un grupo de amigos y empresas y también he puesto mis ahorros, porque quisiera que sea una figura que bendiga al Perú", decía conmovido en el 2011 el entonces presidente Alan García (2006-2011), a poco de dejar su mandato.
"Odebrecht, fuera del país", "Alan Culpable", son algunos escritos que se leen en la base de la estatua blanca cubierta del ollín típico de la contaminación limeña. A un lado está aún el altar de cemento donde el arzobispo de Lima, Juan Luis Cipriani, inauguró el Cristo.
Ubicado en lo alto de un cerro y muy poco visitado, salvo en Semana Santa, el monumento no exhibe placa alguna que señale que fue una donación de Odebrecht, empresa en el centro de un escándalo de corrupción que abarca a Brasil y la mayor parte de los demás países de América Latina.
"Cristo de lo Robado"Algunos llaman a la estatua como el "Cristo de lo Robado" y la califican como un monumento a la corrupción.
En las redes sociales, muchos usuarios han pedido que sea derribado, aunque se trata de una opción poco probable en este país de fuerte arraigo católico.
La constructora Odebrecht admite que pagó en Perú US$ 29 millones para ganar contratos entre 2005-2014, período que comprende los gobiernos de Alejandro Toledo, García y de Ollanta Humala.
"Hemos sido testigos de cómo, después del régimen de (Alberto) Fujimori, marcado por la corrupción, vinieron tres gobiernos donde las denuncias de corrupción también fueron frecuentes (…) Perú era una especie de oficina regional en estos temas. Tal vez vieron un camino fácil con una clase política corrupta", dijo a la AFP el gerente de la consultora de marketing político Vox Populi, Luis Benavente.
Desfile de expresidentesPerú ya tiene un expresidente preso, Fujimori (1990-2000), por corrupción y crímenes de lesa humanidad.
Alejandro Toledo le dio férrea batalla a fines del 2000, encabezó una movilización en su contra y se erigió presidente en el 2001. Pero irónicamente, ahora es el primer exgobernante peruano con una orden de detención preventiva por su implicación en el escándalo Odebrecht.
El actual mandatario Pedro Pablo Kuczynski, quien fue primer ministro de Toledo, ha considerado este hecho como una "traición" al país.
Por su parte, Ollanta Humala (2011-2016) y su esposa Nadine Heredia son investigados por lavado de activos por dinero recibido para su campaña electoral, supuestamente del gobierno venezolano y desde Odebrecht en Brasil, según la fiscalía.
Documentos de la Policía Federal brasileña concluyen que Humala recibió 3 millones de dólares de la constructora. Tanto él como su esposa tienen restricciones para salir del país y niegan los cargos.
"Fujimori, Toledo, García, Humala… Hay serios indicios de que el término banda presidencial no se refiere a la tela", comentó en Twitter el escritor Gustavo Rodríguez.