Redacción Gestión

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La , Patricia Majluf, argumentó que el problema del sector pesquero es que las políticas están dedicadas a promover al 100% la harina de pescado desde hace más de 50 años, y eso ha permitido que hasta la se haya destinado para tal fin, poniendo en situación crítica dicho recurso.

"Eso fue un error garrafal. Cuando la merluza se desplaza hacia el sur, un volumen enorme va finalmente a la harina porque se 'pelagizó'; es decir, los (peces) juveniles bajaron hacia la zona donde opera la flota anchovetera y al estar en aguas superficiales fue fácil de capturarlos y se fue a la harina", explicó en Canal N.

En ese sentido, aprovechó para aclarar que ella nunca se opuso a la ampliación de la de 8,600 a 14,700 toneladas. "El premier (Óscar Valdés) me preguntó qué opinaba: yo dije que no era la mejor opción porque no va a permitir la recuperación de la merluza, pero dada la situación de crisis, vamos", le dijo.

Explicó que no es que sea mala la harina de pescado, pero no podemos enfocarnos al 100% en esta industria, además porque nuestra industria es para la exportación.

"¿Cuál es el beneficio para los peruanos? Claro, un montón de divisas, pero qué podríamos obtener si lo utilizáramos para nutrir a los niños, para promover una industria de mayor valor agregado, como congelados, enlatados, salados", agregó.

Informó que la mitad de anchoas que se consumen en el mundo (en pizzas, por ejemplo) son del Perú, de Pisco; porque las anchoas de Europa se han encarecido.

Canon invisibleLa ex viceministra Majluf resaltó en el país se destinan entre 5 y 6 millones de toneladas anuales a la producción de harina de pescado.

Y que los industriales no pagan más de 3 dólares por cada tonelada al Estado. Sin embargo, se desconoce la situación del canon pesquero en el país.

"Hace tres años nadie sabe cuánto entra de canon pesquero, y hace cuatro años por lo menos no va ni un centavo (de ese canon) al Instituto del Mar del Perú (IMARPE)", confesó.