(Bloomberg).- Imagínese un pronóstico del tiempo tan preciso que dé proyecciones de ráfagas de viento para cada manzana de una ciudad. Puede que pronto ese tipo de datos micrometeorológicos se haga realidad… y sea necesario para las futuras flotas de drones para entregas.

Mientras , United Parcel Service Inc., y otros se preparan para lanzar la entrega de libros, píldoras y pizza por drones autónomos, las empresas se están dando cuenta de que más que nada lo que hará que puedan alejar sus paquetes de nubes de tormentas y atravesar cañones urbanos ventosos es la calidad de los datos meteorológicos hiperlocales.

"El tema del clima es muy importante", dijo Sean Cassidy, director de seguridad y asuntos regulatorios de la unidad de drones de Amazon. "No tenemos nada con el nivel de granularidad que haría falta para operar".

Ahora se están emprendiendo campañas para desarrollar sistemas de gestión del tráfico que pronostiquen las condiciones meteorológicas para cada manzana a altitudes mínimas de 120 metros. Esto promete allanar el camino para el Santo Grial de los servicios por drone: vuelos automáticos que hagan repartos sin que los controlen pilotos desde el suelo, como se hace ahora.

[Etiqueta]
[Un dron de Zipline hace una entrega en paracaídas de suministros de sangre a un hospital rural de Ruanda. Fuente: Zipline]

InadecuadosLos informes meteorológicos para la aviación actualmente están pensados para cubrir sobre todo el área alrededor de un aeropuerto y las altitudes elevadas donde tienden a volar los aviones. Por eso los sistemas actuales son muy inadecuados para ayudar a guiar los miles de pequeños drones que según se prevé despegarán y aterrizarán en diversos puntos.

Los informes meteorológicos para los drones se apoyarán en sistemas de múltiples capas con indicadores meteorológicos en tierra, sensores en los drones y datos de los servicios meteorológicos nacionales, y todo alimentará modelos informáticos, dijo Marcus Johnson, ingeniero de investigación aeroespacial en el Centro de Investigación Ames de la NASA en Moffett Field, California. "No es una solución sencilla", dijo.

Las áreas urbanas presentan algunos de los principales desafíos. Los edificios altos crean canales de viento que pueden chocar y formar remolinos herméticos, dijo Matthias Steiner, vicedirector del Programa de Aplicaciones para la Aviación del Centro Nacional de Investigación Atmosférica.

Las aceras soleadas frente a otras con sombra a ambos lados de una calle pueden generar olas de calor asimétricas, lo cual crea corrientes descendientes y ascendientes impredecibles. Los patrones meteorológicos de las ciudades costeras o al pie de una montaña también pueden armar un gran lío.

[ LEA TAMBIÉN: ]

'Cuantos más datos, mejor'BNSF Railway Co. —la única empresa que vuela drones a larga distancia en Estados Unidos, proyecto que emprendió como parte de un estudio de la Administración Federal de Aviación del país— abortó o canceló vuelos debido a las condiciones, dijo Todd Graetz, director del programa de drones de BNSF.

La ferroviaria tiene una gran ventaja frente a las demás empresas que quieren comenzar a operar drones: los sensores ubicados en sus vías brindan información sobre vientos y lluvias fuertes a sus trenes, datos que los operadores de drones de BNSF pueden aprovechar.

Del otro lado del mundo, en Ruanda, una empresa llamada Zipline usa drones con alas fijas para entregar sangre a hospitales rurales desde octubre. Hasta ahora ha sido una iniciativa generalmente exitosa, pero el clima es un obstáculo importante, especialmente en las regiones montañosas.

Zipline está trabajando con investigadores para construir modelos y así poder crear escenarios hipotéticos para sus drones bajo diferentes condiciones.

Cuantos más datos haya sobre el clima, mejor, dijo su cofundador, Keenan Wyrobek. "La idea es que los sistemas tengan resto para aguantar las condiciones más alocadas de vientos y ráfagas y cerciorarse de que no tiren el drone contra una colina o la casa de alguien".