Volkswagen
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Parece que el próximo paso de hacia la conducción autónoma podría ser decepcionante, pero probablemente también sea la mejor opción que tiene el gigante alemán si busca convertirse en un actor importante de la tecnología autónoma.

El mayor fabricante mundial de automóviles negocia para invertir en Argo AI, firma de vehículos automatizados con una valuación de US$ 4,000 millones y respaldada por Ford, informó Bloomberg News. El acuerdo podría cerrarse dentro de los próximos meses.

Argo no es precisamente el líder en este tipo de tecnología. La consultora automotriz Navigant ha señalado que su oferta no lidera el mercado y tiene razón. y Waymo de Alphabet han trabajado en el segmento por más tiempo y Aurora Innovation tiene un equipo de liderazgo más consumado.

La valuación ciertamente parece ser apropiada para la compañía. Analistas de Evercore ISI calificaron los US$ 4,000 millones de "decepción", con algo de justificación. Cruise fue valuada hace poco en US$ 15,000 millones y la startup Zoox en más de US$ 3,000 millones.

Los inversionistas de esperanzados en destacar el valor subyacente de la empresa como manera de potenciar el precio accionario de la matriz se sentirán decepcionados, de manera comprensible.

VW llega más o menos tarde a la fiesta de la conducción autónoma y necesita obtener tecnología clave. Al parecer ha tenido que conformarse con lo que pueda conseguir. Si bien mantiene una alianza con Aurora, las probabilidades de desarrollar eso de manera significativa no son claras, ya que su cofundador, Chris Urmson, parece reacio a vincular demasiado su firma con alguna fabricante y además obtuvo nuevos fondos de Sequoia Capital y Amazon.

En cuanto a las otras, Cruise probablemente habría sido muy costosa y Waymo muy arriesgada: Honda desistió de concretar una alianza por la inquietud de tener poco acceso a la valiosa tecnología autónoma subyacente.

VW podría intentarlo por su cuenta. De hecho ya cuenta con varios programas internos, pero el talento es escaso y el desarrollo es caro, pues los ingenieros de nivel medio suelen exigir salarios superiores a US$ 300,000. Una sociedad ayuda a distribuir los costos y concentrar los esfuerzos y la mano de obra.

La buena noticia para VW y Ford es que pese al temor inicial de que Silicon Valley monopolizara los vehículos autónomos, la carrera por dominar la tecnología es más una maratón que unos 100 metros planos. No fue hace mucho que hubo voces que señalaban que estos vehículos estarían en las calles en el 2020. No estamos ni cerca de ese punto y esas expectativas han sido moderadas considerablemente. Llegar tarde a la línea de partida no es el fin del mundo.

Más allá de que Argo no tenga el aura que tienen Cruise o Waymo, posee ventajas respecto a buena parte del resto de la industria. El director ejecutivo, Bryan Salesky, participó en la etapa temprana de lo que en ese entonces se conocía como el proyecto de vehículos autónomos de Google, que luego se convirtió en Waymo, y la sede de Argo en Pittsburgh está bien ubicada para captar expertos en robótica e inteligencia artificial de la Universidad Carnegie Mellon. Su acceso al talento es envidiable.

La estructura del acuerdo da más argumentos para verlo como una medida prudente. Ambas firmas considerarían una empresa de riesgo compartido. Eso significaría que cada una posee el 45% de la startup y los fundadores y los empleados el otro 10%. Por lo tanto ninguna tendría que consolidar las pérdidas en su informe de ingresos, así que los inversionistas podrían evitar el dolor sufrido por sus contrapartes en GM, en donde la pérdida de US$ 728 millones de Cruise el año pasado hizo caer las ganancias operativas de toda la compañía en un 6.2%.

VW se está poniendo al día, pero dado lo mucho que falta en la carrera eso podría no importar, y si concreta una inversión en Argo habrá aprovechado la mejor oportunidad disponible.

Por Alex Webb

Esta columna no necesariamente refleja la opinión de la junta editorial o de Bloomberg LP y sus dueños.