El arte peruano deja a ARCO su mejor edición en diez años: los resultados después de la feria

Dispuesta en una original arquitectura con forma de rosa del desierto, la delegación peruana compuesta por 24 artistas representados por 15 galerías contribuyó a marcar un punto de quiebre en ARCOmadrid.

Y es que la organización de la feria de arte contemporáneo ha registrado un balance “muy positivo” al cierre de lo que ha calificado “la mejor edición de la última década”.

“La presencia de Perú como país invitado ha hecho que vinieran grandes coleccionistas de Latinoamérica, directores de museos y personas interesadas, y eso ha sido muy satisfactorio”, explicó en diálogo con El País Carlos Urroz, quien se despide este año de la dirección de ARCO. “Se ha notado más que nunca la energía de la gente que tenía ganas de comprar”.

Mirada en resultados

Las cifras lo explican por sí solas: la cita registró un aumento de 8% de las visitas profesionales versus edición previa, y de 3% de asistentes.

Esto condujo a superar los 100,000 visitantes durante las cinco jornadas del evento. Asimismo se registró más de 35,000 visitas profesionales, un aumento que fue favorecido por una destacada afluencia desde Latinoamérica, de estos solo 700 provinieron desde Perú.

A lo que se sumó la presencia de coleccionistas, patronos y miembros de museos estadounidenses, especialmente de Nueva York.

Para Sharon Lerner, comisaria de la selección de galerías en la feria, esto demuestra que el balance ha sido bastante positivo y “en líneas generales provechoso”. Tal como indicó en diálogo con Gestión, ARCO otorgará visibilidad a la escena peruana. “Lo que debería tocar ahora es que se reactive la escena comercial. Hay una labor pendiente localmente después de una exposición de afuera”.

Impacto en galerías

Aunque muchas galerías prefieren mantener en reserva las ventas conseguidas, los precios de las obras que estuvieron disponibles oscilaron, aproximadamente, entre US$ 3,000 para el caso de algunos jóvenes talentos y US$ 80,000 para las piezas de los más consagrados.

De hecho, según prensa especializada, Claudia Martínez se está convirtiendo “rápidamente en una de las favoritas en el circuito bienal internacional”. Y sus obras cuestan hasta unos US$ 25,000.
Silvia Arrózes, directora general de la Galería del Paseo, que representó a Miguel Aguirre y Mariella Agois, comentó que se presentaron cuatro piezas por cada artista, con lo cual se pudo cerrar un par de ventas por cada uno de ellos.

“La feria tuvo un importante nivel de visitas profesionales que se han acercado con una mirada aguda y valoración conceptual”, señaló Arrózes.

Graciela Zegarra, de Galería Forum, que colabora con los fotógrafos Flavia Gandolfo y Juan Enrique Bedoya, hizo hincapié en que los resultados fueron “muy buenos”. Los galeristas subrayaron asimismo que la expectativa es que la participación de Perú en ARCO se vea reflejada en un aumento del interés y ventas en las ferias venideras como Art Lima y PArC.

“Esperemos que esto se visibilice además en un incremento del coleccionismo que permitirá mantener el mercado de modo sostenido”, puntualizó Arrózes.

La trascendencia de la obra invitada

“El matrimonio de Ñusta Beatriz”, proveniente del Museo Pedro de Osma, interactuará hasta abril con las piezas del Museo del Prado.

Pedro Pablo Alayza, director del espacio barranquino, destaca que una de las pinacotecas más grandes del mundo “haya abierto sus puertas a un cuadro colonial peruano y haya propiciado un giro en la historia del arte”. Pero el vínculo no quedará ahí.

Se tiene planeado firmar un acuerdo de colaboración entre el Museo del Prado y el Museo de Osma. Esto se plantea como un convenio marco para distintas actividades y campos como científico, formativo, técnico.

La idea es que a partir de este año se establezca una relación más estrecha. “El taller de restauración de obras de arte de Museo del Prado es uno de los mejores del mundo y lo que podría significar ese aporte de conocimiento es enorme”.