Dagiana Peves
Tinder sorprende a sus usuarios. La aplicación lanzó en Estados Unidos (con el propósito de que se extienda a otros países) funciones que acabarían con la polémica que lo persigue: las citas con personas que finalmente no son quienes dicen ser.
Sin embargo, lo más llamativo fue la creación del denominado “botón de pánico”, una herramienta que busca ofrecer seguridad. Pues esta podría ser utilizada en caso de que algún usuario sea víctima de agresión durante un encuentro pactado a través de la app.
La promesa es poner a disposición otras herramientas, como asistencia en caso de emergencia, seguimiento de ubicación y verificación de fotos, detalló El Mundo.
Aunque la medida ha sido aplaudida, hay un trasfondo engañoso. ¿En torno a qué? A que el propósito final estaría en la explotación de los datos personales de los usuarios.
La alianza con Noonlight
Para que todo lo descrito funcione frente a un evento extraordinario, previamente se debe descargar la plataforma gratuita de “seguridad conectada” Noonlight.
Es a través de esta compañía que los usuarios de Tinder podrán informar detalles de su cita y acceder al servicio “botón de pánico”.
Lo preocupante es que Noonlight se presenta como una herramienta de seguridad pero, al mismo tiempo, permite que sus datos estén disponibles para terceros. Y estos no son precisamente agentes de policía, sino empresas que hacen negocio con publicidad online.
La mina de los datos
El portal de tecnología Gizmodo realizó un monitoreo global de la aplicación y descubrió una lista de compañías que se dedican a la tecnología publicitaria.
Entre estas figuran Facebook y YouTube (propiedad de Google), las que obtienen datos como ubicación precisa, nombre, número de teléfono y hasta información relacionada a la salud.
De hecho, Tinder, antes de su reciente integración, ya compartía información con Facebook y recopilaba datos de sus usuarios.
El propio cofundador de Noonlight, Nick Droege, señaló a Gizmodo a través de un correo electrónico que entre sus “socios comerciales” también figuran Branch, Appboy y Kochava.
Estas compañías, refirió Droege, buscan “comprender la atribución estándar del usuario y mejorar la mensajería interna en la aplicación”.
Con lo cual el ejecutivo descartó que vendan los datos de sus usuarios a terceros con fines publicitarios o de marketing.
“(Este botón) nos autoriza a compartir datos con socorristas de emergencia, con nuestros socios comerciales y proveedores”.
El Dato
Correspondido en Tinder. Hay quienes acumulan ‘matches’ y no cierran ni una cita. Lo único que quieren saber es que ese “me gustas” es recíproco, explica Adriana Royo, sexóloga y terapeuta para El País. “Es el ego, ser visto y deseado, es narcisismo virtual”, precisa.
Citas a ciegas
Según lo descrito por el diario The Wall Street Journal, con la herramienta de Noonlight los usuarios podrán activar la alerta nada más con pulsar un botón.
Para evitar falsos positivos, la aplicación pedirá al usuario activar un código. Si este no lo hace recibirá un mensaje de texto y una llamada. Si no responde o confirma que necesita ayuda, se avisará a los servicios de emergencia.
En diciembre del año pasado, Columbia Journalism Investigations y ProPublica analizaron más de 150 incidentes de agresión sexual relacionados con aplicaciones de citas. El estudio recopiló una década de informes de noticias, demandas civiles y antecedentes penales. Este detalló que aproximadamente el 10% involucró a usuarios que previamente fueron acusados o condenados por agresión sexual.