Para Stefano Peschiera, la vela es un asunto de familia. El velerista, que hace poco se convirtió en el primer peruano en clasificar a las Olimpiadas de Tokio 2020, recuerda que su abuelo compró un bote con el que aprendió a navegar desde que tenía cuatro años.

Su tatarabuelo, asimismo, fue uno de los primeros en traer un velero al Perú. Entonces, que Stefano haya participado en un torneo nacional de este deporte náutico a los 8 años y en otro internacional a los 10 años era cuestión de tiempo.

Objetivos claros

A sus 23 años, Peschiera ya se prepara con la mira puesta en los Panamericanos Lima 2019 y en sus segundos Juegos Olímpicos (estuvo en Río 2016). “Estoy dedicado a tiempo completo a la vela. Mis expectativas son altas. Quiero llevarme la medalla de oro en Lima y quedar, al menos, entre los top 8 en las Olimpiadas de Japón”, expresa sin asomo de duda.

Conseguir una medalla olímpica requiere una preparación que involucra aspectos técnicos, físicos y sicológicos. El velerista nacional calcula que, para pelear un lugar entre el top 15 mundial, se requiere una inversión anual de US$ 120,000, como mínimo.

Ese es el presupuesto con el que cuenta el deportista en la actualidad. Es financiado en poco más del 50% por la Federación Peruana de Vela (FPV) y, el resto, por su familia. Este monto se reparte entre las diversas necesidades que requiera el velerista: entrenadores, botes, nutricionistas, pasajes, estadías, entre otros.

Al detalle

Peschiera partirá pronto rumbo a Japón. Allá pasará 21 días entrenándose, junto a otros veleristas, como parte del plan que tiene con el objetivo de llevarse una medalla en Tokio 2020. El viaje, detalla, le costará aproximadamente unos US$ 10,000.

Así como este, existen diversos gastos que un deportista de élite debe hacer para hacerse de una presea.

El deportista nacional cuenta que desde hace unos meses trabaja con la firma estadounidense Sailing Performance Training (SPT). La eligió porque parte del equipo de vela de Estados Unidos, uno de los mejores a nivel global, está entre sus clientes.

SPT se encarga de cuidar el aspecto físico y mental de él a través de programas nutricionales, sicólogos deportivos, tests físicos, horas de entrenamiento y recuperación, además de un monitoreo diario con el fin de que el atleta evite las lesiones y llegue en su mejor estado físico a las competencias. El precio es de US$ 250 mensuales.

Eso se complementa con el trabajo del entrenador. “El trabajo técnico ayuda a que explotes todo tu potencial. Sin embargo, llega un momento en el que tu técnica ya alcanza su tope y, en ese sentido, tu preparador se vuelve también como un sicólogo”, explica. Los instructores estadounidenses y europeos cobran entre US$ 200 y US$ 400 al día.

Asimismo, un competidor de este deporte debe contar con presupuesto para comprar o alquilar veleros. “La categoría láser, en la que yo participo, es una de las más baratas en cuanto a equipamiento”, dice Peschiera. Un velero de este tipo cuesta entre US$ 5,000 y US$ 7,000. Estos pueden llegar a durar hasta cuatro años. En cuanto a alquiler, estos están en promedio en US$ 125 por día.

Patrocinio

En cuanto a sponsors, Peschiera sostiene que por ahora solo cuenta con uno. Se trata de una firma holandesa de ropa para navegar que le provee de prendas para este deporte. Refiere que en otros países, los veleristas son auspiciados por compañías de autos, prendas y bebidas. Ese patrocinio, que se traduce en canjes o dinero en efectivo, es fundamental para ellos y para que las federaciones redireccionen su apoyo a los nuevos talentos.