SAN ISIDRO, 30 DE JULIO DEL 2019.

EL PREMIO NOBEL DE LITERATURA 2012, MO YAN, REALIZA UNA CONFERENCIA DE PRENSA EN EL HOTEL LOS DELFINES, EN SU VISITA AL PERU POR LA 24 EDICION DE LA FERIA INTERNACIONAL DE LIBRO DE LIMA.
SAN ISIDRO, 30 DE JULIO DEL 2019. EL PREMIO NOBEL DE LITERATURA 2012, MO YAN, REALIZA UNA CONFERENCIA DE PRENSA EN EL HOTEL LOS DELFINES, EN SU VISITA AL PERU POR LA 24 EDICION DE LA FERIA INTERNACIONAL DE LIBRO DE LIMA.

A él se le considera el Kafka chino, su literatura ha sido comparada con la de Faulkner y García Márquez, y es -sin más- el autor asiático más popular. Sus obras encarnan un grito de denuncia, una revelación contra la desigualdad, sobre todo la que atraviesan las mujeres.

, figura también polémica en su país por su aproximación al régimen comunista pese a sus críticas vertidas contra este, avanza a paso raudo, esboza una sonrisa ante los flashes y, una vez instalado, reflexiona sobre la influencia de lalatinoamericana en su pluma.

Poco predispuesto a hablar con la prensa, Mo Yan hace una excepción: se extiende en cada una de sus intervenciones. “Anteriormente en China se prestaba más atención a qué escribíamos, no tanto al cómo lo hacíamos. Creo que los escritores latinoamericanos nos enseñaron cómo escribir una buena novela”, sentencia.

Manifiesta la conexión que sintió con la obra de García Márquez a cuya literatura se aproximó en la década del 70, cuando muchos de los autores del boom comenzaron a ser ampliamente traducidos en China.

“Fue un invierno de 1984, cuando comencé a leer ‘Cien años de soledad’, después de las diez primeras páginas no podía controlarme”. Sus siguientes lecturas lo condujeron a , Juan Rulfo y Carlos Fuentes.

La primera obra que leyó del peruano fue “La tía Julia y el escribidor”, pero confiesa que, si tuviera que elegir una, sería “La guerra del fin del mundo”. “La estructura que Vargas Llosa usa en sus novelas es tan famosa en China que ha provocado que muchos quieran imitarlo”.

Mezcla de fantasía y realidad

Mo Yan, no obstante, se ha apartado de esa tentación. El autor de “Rana” ha develado ya –en entrevistas anteriores–que los autores a los que admira lo han conducido tan solo a encontrar su propio camino, un estilo único, diferente.

Su infancia en china rural –a los 11 años se vio obligado a dejar la escuela para trabajar en el campo-, las penurias de aquellos años y las duras restricciones del sistema chino especialmente para las mujeres han marcado su literatura.

“Mientras mis compañeros comenzaban a leer con los ojos, yo empecé a hacerlo con mis oídos”, dice el autor en referencia a sus novelas, inspiradas en sus vivencias, recuerdos y en las historias relatadas por su abuela.

No es de extrañar que cuando la Academia Sueca le otorgó el Nobel de Literatura 2012, expuso como motivación su capacidad de hacer “una mezcla de fantasía y realidad, de perspectiva histórica y social”.

“Cuando un autor empieza escribir no puede alejarse de su experiencia personal”, dice Mo Yan, a la vez que ensaya una expresión complaciente para la cámara de su nieta.

Así, el autor es tajante. “La literatura no sirve para nada: no rinde económicamente, no resuelve guerras, ni genera cosechas, pero sí alimenta nuestra mente y nos ayuda a entendernos mejor”.

Sujeto de controversia

Pero el Nobel chino no se ha librado de la polémica. Aunque en sus títulos critica a funcionarios del Partido Comunista (PC), Guan Moye –su verdadero nombre– fue miembro del ejército de su país y en 1979 se unió al PC. Además, por su cercanía al Gobierno, es vicepresidente de la Asociación de Escritores de China.

El contraste respecto a los premios de otros autores chinos ha sido notorio. Cuando Gao Xingjian, que vivió en el exilio, recibió el Nobel de Literatura en 2000, Beijing denunció “propósitos políticos” del comité. Y cuando se le otorgó el Nobel de la Paz al disidente Liu Xiaobo, el régimen tildó la elección de “blasfemia”.

Cuando recibió la máxima distinción literaria, China lo celebró como fiesta nacional. “Se podría decir que Mo Yan es un crítico del sistema chino, sentado en la misma mesa del sistema chino”, resumió Peter Englund, secretario permanente de la Academia, a NYT.

En Lima, Mo Yan no rehúye del tema. “Desde que recibí el Nobel, muchos se han preocupado en señalar que soy parte del comunismo. Neruda también lo fue. Vargas Llosa parece que también. García Márquez era muy cercano a Fidel Castro. Para mí no es un conflicto”, puntualiza con contundencia.

En Corto

Anuncio. Portugal será el País Invitado de Honor de la FIL Lima 2020. Esta presencia le permitirá al público tomar contacto con una importante tradición literaria, desde el legendario Luís de Camões, hasta los reconocidos José Saramago y Fernando Pessoa.


“La literatura tiene su propio valor, es como el aire porque existe pero no nos damos cuenta (...) Es el espejo que nos permite mostrar los sentimientos humanos ”.


Mo Yan

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