(Foto: El Comercio)
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Diario La República (Colombia)

Red Iberoamericana de Prensa Económica

Son varios los informes que miden la felicidad en el mundo y en algunos de ellos Colombia figura en los primeros puestos, aunque en otros no le va muy bien. Esta semana se publicó un nuevo estudio realizado por Ipsos que evaluó la felicidad en 28 naciones, un listado en el que el país quedó en la posición número 18. Uno de los resultados que más llama la atención es que hubo una disminución a largo plazo en el porcentaje de adultos que se consideran felices.

Con más de 1.000 personas encuestadas, el estudio de Ipsos refleja opiniones de una población más conectada. En países como Colombia, India, Malasia, México, Perú, Rusia, Arabia Saudita, Serbia, Sudáfrica y Turquía, la firma destacó que se trata de personas más urbanas, educadas y/o más ricas que la población general de los demás países que hicieron parte del estudio.

Pilar Ibáñez, autora del libro La práctica de la felicidad, explicó que hay dos formas de medir la felicidad. La primera es de forma subjetiva, donde se evalúa cómo se sienten las personas; y la segunda es objetiva, que mide si la gente tiene trabajo, le pagan bien y se basa en cifras estandarizadas.

“Este informe se dedicó a medir la felicidad de una forma subjetiva, así que no podemos decir que Colombia es uno de los países más felices o no del mundo. Hablamos que de los casi 30 países evaluados, Colombia está en una casilla que lo deja en la mitad aún cuando los índices de felicidad que evalúa el informe para el país son elevados”, señaló.

Tan solo dos países de América subieron en la tabla, Canadá con cuatro puntos y Chile con dos. El ascenso de Canadá habría estado impulsado por las políticas que ha implementado el Gobierno para aumentar la población en el país. “Al tratarse de un país cuya población joven es tan baja, Canadá abrió convocatorias de estudio y fomento para que los extranjeros se vayan a vivir a ese país. Desde que entraron en marcha esos recursos, Canadá ha venido escalando en materia de felicidad, no solo en este informe sino en varios”, explicó Ibáñez.

Ipsos precisó que de los países de la región rastreados desde 2011, Canadá es el único donde la felicidad está tan extendida hoy como lo estaba entonces, con 85%.

Entre los países de América Latina que más puestos bajaron en la tabla están: Argentina con -22 puntos, Chile con -21 puntos y Brasil con -12. Cifras que guardan relación con la percepción de los residentes y el entorno en el que viven. Tal es el caso de Argentina, un país que está experimentando una crisis económica fuerte y se encuentra a la espera del resultado de las próximas elecciones presidenciales que definirán el rumbo del país.

Para Ibáñez, si bien la felicidad es un tema de actitud de cada persona, en el entorno que vive el mundo actual la política juega un papel importante en la felicidad de cada uno. “Los escándalos de corrupción que puede enfrentar un país le pasan la cuota a la felicidad de las personas, así como también las noticias que están afectando la seguridad de sus entornos”.

Felicidad y política

Uno de los índices que midió el estudio es la percepción de felicidad de los encuestados respecto al nuevo liderazgo político de su país. Si bien el promedio global se ubicó en 56%, los países de América Latina no rajaron tanto a sus gobiernos. Brasil ocupó el segundo lugar con mayor felicidad de los encuestados al registrar 67%, le siguieron Perú y Colombia ocupando el tercero y quinto lugar, con 72% y 65% respectivamente. Las métricas que usa este índice para medir el ponderado de felicidad está repartida entre cuatro vertientes: muy feliz, bastante feliz, no muy feliz y nada feliz en lo absoluto; donde el porcentaje de muy feliz tiene prelación sobre el resto y así ubica a los países en la tabla.

Los países que fueron contemplados tienen economías sólidas, no se trata de países del tercer mundo. El análisis se enfocó en el estudio de una población específica: la urbana. De tal modo que no se puede generalizar si la felicidad en el mundo ha disminuido o no, pues la percepción que tiene una persona que vive en la ciudad con desarrollo tecnológico e industria puede variar con la de una persona que no ha tenido acceso al entorno del mundo actual.