La pandemia del coronavirus COVID-19 remodeló la industria de la moda. Las preferencias de las personas han cambiado durante el 2020, así como su estilo de vida. De acuerdo con un estudio de Boston Consulting Group (BCG) el gasto del consumidor será discreto y aumentará el interés en la ropa informal y deportiva, situación que también se aprecia en el Perú.
Sandra Andrade, diseñadora de modas y jefa de marketing del Centro de Altos Estudios de la Moda (CEAM) afirmó que se ha dado un cambio total en el estilo de vestir del consumidor peruano con el ‘home office’ lo que lo ha llevado a elegir diferentes opciones, siendo la ropa cómoda la de mayor preferencia.
“Las marcas tuvieron que adaptarse y diversificarse ante esta necesidad. Diseñar prendas de ropa a un público mucho más grande del que atendían antes. Si eras una empresa de ropa para adolescentes, terminabas haciendo buzos para toda la familia. Las que pudieron resistir fueron aquellas que supieron leer los problemas de sus consumidores”, sostiene Andrade a Gestión.pe.
De esa manera, muchos diseñadores se adaptaron al actual contexto y comenzaron a elaborar mascarillas con un estilo diferente, con colores y gráficos para que de alguna manera pueda combinar con la ropa de las personas. De esa forma, este accesorio pasó a ser parte del vestuario. “Se usa la mascarilla como un medio de expresión y la moda se usa para ello. Esa fue una salida para las marcas”, dice la representante de CEAM.
Las empresas también brindaron alternativas para el ‘home office’ no tan relacionadas al diseño de la ropa, pero sí en el material. Si antes elaboraban una blusa para mujer de gasa, ahora lo hacen de algodón, que brinda comodidad, a menor precio y para que los clientes puedan estar en sus reuniones de trabajo por videollamada sin inconvenientes.
La especialista en moda expresa que las prendas de verano continuarán con el estilo conocido, con telas muy ligeras que brindan comodidad. Pero, se incluirán muchos estampados y colores pasteles. En cuanto al calzado, los zapatos modelo ‘flat’ (coloquialmente llamados zapatos chatos) ganan preferencia sobre los tacones, que se están dejando de lado por ahora, sobre todo por aquellas personas que están volviendo poco a poco a las oficinas.
“Se tendrá un verano con prendas más coloridas que va a responder al estado de ánimo. Los peruanos solemos usar colores muy básicos, no nos arriesgamos mucho. Pero, los diseñadores están arriesgándose porque se necesita compartir vida y mejores noticias. Eso se puede lograr por medio de la ropa”, comenta.
El tipo de prendas más demandadas en la actualidad son los buzos y la ropa deportiva. Para niños se elaboró mucha ropa cómoda y segura, con tela antifluídos a fin de protegerlos. Sin embargo, los negocios más afectados en temas de moda, fueron los de lujo, que no son esenciales porque existe la preferencia de usar vestuario más cómodo y no invertir mucho dinero.
Otra tendencia importante que dejó la pandemia, detalla Andrade, ha sido el considerar mucho más la moda sostenible, es decir aquella que tiene menos impacto sobre el planeta porque esta industria es la segunda más contaminante. El estudio de BCG señala que las marcas deben asegurarse de operar de manera ambiental y socialmente responsable.
Planes empresariales
Para continuar con sus planes de expansión, CEAM presenta su segunda sede, ubicada en el distrito limeño de San Borja. Este local cuenta con más de 500 mts2 y una infraestructura de dos pisos donde se dictarán cursos y programas de extensión. También se podrían ofrecer las carreras de Diseño de moda y Gestión de moda más adelante. Su apertura dependerá de las disposiciones del Gobierno.
Por otro lado, los alumnos de la sede de Miraflores, pudieron continuar con sus clases pero de manera virtual, como han hecho todas las escuelas, institutos y universidades peruanas. Sin embargo, las carreras de Diseño de moda y Gestión de moda cuentan con talleres especializados que deben llevarse en el centro estudiantil. Por el momento, solo se dictan cursos teóricos, mientras que la práctica se retomará cuando lo disponga el Ejecutivo.
“Los chicos se adaptaron muy bien. Ellos mismos se asombraron de lo bien que trabajaron en un ciclo online. Estar en confinamiento también hizo que dediquen buen tiempo a sus tareas y pendientes que tenían”, dice Andrade.