Para , sommelier y blogger de , la pandemia cambió las costumbres del peruano con relación al vino. Según el experto, el consumo de esta bebida aumentó en un 200% en estos últimos dos años. “Ha sido considerado siempre como un jarabe para la tranquilidad. En ese sentido, la gente empezó a interesarse más porque les dio calma en un momento de cautiverio”, sostiene.

Por eso, y por las dificultades que trajo la cuarentena al no haber eventos ni restaurantes abiertos durante un tiempo, Bracamonte ideó dos nuevos proyectos de negocio. El sommelier conversó con Gestión para contarnos de qué tratan.

La Sociedad del vino

Por su buen nombre en el mundo del vino y por su conocimiento, a Bracamonte siempre le insistían, amigos y clientes, en importar vinos. A raíz de la pandemia, tomó esta idea y empezó a darle forma. “Me asocié con un amigo y abrimos una importadora llamada ”, comenta.

La dinámica de este proyecto es traer vinos de lujo, que se elaboren en pequeñas cantidades. “Estamos hablando de bodegas que hacen 500 o 3,000 botellas numeradas al año, de tal forma que la gente que las compre sienta que son como un tesoro que tienen en casa”, comenta.

Los productos que ofrecen en su cuenta de Instagram y en su web empiezan desde los S/150.

La Gran Bottega

El otro proyecto de Bracamonte se llama . Se trata de una tienda especializada en vinos ubicada en Surquillo. “El valor diferencial es que allí van a encontrar los vinos que no están en los supermercados”, explica.

El experto afirma que allí se pueden encontrar precios para todos los bolsillos, desde vinos de S/20 hasta los S/2,500. “Además, los martes hay catas diseñadas para grupos pequeños de personas y los sábados pueden encontrarme de 5 a 7 p.m. para conversar y absolver cualquier duda que tengan sobre algún producto”, dice.

Bracamonte dice que el objetivo es abrir este tipo de tiendas en distintos distritos de Lima. Ya se está trabajando para ello.

EN CORTO

“Mi trabajo es asesorar hoteles y restaurantes donde les enseño a vender vinos, les hago una carta, una carta de maridaje y esta cambia cada 3 a 6 meses”, señala Bracamonte, que está en locales como Baco y Vaca, El rincón del asado, entre otros.