Juan Pablo Jurado, CEO de Wunderman Thompson Latam, no espera que el retorno a las oficinas sea antes de marzo del 2021. Sin embargo, dice que es una rutina a la que estaba acostumbrada la agencia de publicidad, por lo que sus retos van más allá.
Las nuevas tendencias de consumo, las limitaciones de producción y el cambio de presupuestos de sus clientes lo llevan a replantear la estrategia.
¿Qué impacto positivo al menos trajo la pandemia?
Ayudó al desarrollo del negocio. Muchas compañías buscaban la transformación digital o los cambios de cultura organizacional, pero en un proceso un poco más lento de lo que el mercado requería. Lo que se iba a hacer en tres años, se está haciendo en meses.
¿Cómo fue el principio de esta crisis para la agencia?
En marzo recibimos cortes de clientes a casi a cero en todo lo que son servicios que la agencia prestaba.
Luego inició la reactivación...A partir de abril se reactivaron presupuestos que se habían cortado, tuvimos más trabajo porque clientes que no estaban metidos 100% en el tema digital empezaron en ello. El e-commerce se potenció con fuerza en particular en Perú. Así que recibimos estos proyectos.
¿Se amplió su cartera de clientes o los que tenían cambiaron su estrategia?
Ambos. También hemos ganado clientes que quiere desarrollar el e-commerce y requiere de consultoría digital específicamente.
¿Qué errores podría cometer un anunciante en esta coyuntura?
Hoy se habla de un año de 18 meses. Las estrategias y los presupuestos deben orientarse a ello para que, con claridad, planifique lo que debe hacer con su marca y producto. Solo así podrá comunicar con el mayor cuidado posible.
En esta nueva normalidad los hábitos de consumo han cambiado, ¿cómo eso se percibe en la inversión en medios?
Las horas que le dedicamos a los aparatos electrónicos, ya sea para tener reuniones, leer diarios o estar en las redes sociales son cada vez más horas.
¿Eso requiere segmentar con más cuidado el contenido digital?
Es mucho más milimétrica. Puedes medir mejor la creatividad, cómo la gente reacciona a un banner, los colores que impactan más, todo aquello que genere mayor activación de las personas para comprar. Además, se puede hablar a muchos públicos, al mismo tiempo con diferentes mensajes.
¿Le costó a los creativos adaptarse?
Tuvieron que pensar fuera de la caja, más de lo que hacían habitualmente por el contexto y por limitaciones en la producción.
¿Hubo el riesgo de sonar repetitivo?
Apareció mucha creatividad parecida como mostrar las actividades en casa o las calles vacías. El diferencial se da al comunicar sin caer en lo obvio del “quedémonos en casa”.
¿Cómo ha evolucionado el mensaje de los anunciantes?
Se está volviendo a hacer hincapié en las bondades del producto y poco a poco se deja de hablar del covid. En Latinoamérica, sobre todo, estamos llegando a un grado de hartazgo.
¿Qué error se comete al hablar del rubro publicitario a nivel regional?
Aprendí que uno trata a Latinoamérica como un todo. Es interesante ver las idiosincrasias que hay en cada país. La creatividad genera valor cuando se adapta a ella y la audiencia lo percibe.
¿Este año no se verán más fichajes a nivel creativo?
No ha cambiado nada de nuestra estrategia a nivel talento ni a nivel capacidades creativas.