Juan José Bernaola Huamán, Técnico de la Marina de Guerra del Perú
En este buque nadie se rinde si empujamos todos
“He pasado 24 años en muchos operativos y actividades de apoyo humanitario y logístico en diferentes unidades navales. Esta vez, durante la pandemia, me tocó patrullar y dar seguridad en las calles. Estuve casi un mes cerca al hospital Santa Rosa, hasta que tuve los primeros síntomas. Dolor de cabeza, fiebre que llegó a 40 grados y tos ligera. Tardé en comunicarlo a mi familia para que no viva con la preocupación. Hasta que la falta de oxígeno me llevó a UCI. Uno no sabe si saldrá de allí vivo o muerto. Ahora ya estoy en casa, en aislamiento médico. Me alegra poder pasar con mis hijos esta fecha, pero también me entristece saber que otros han perdido a sus familiares. Por eso, quisiera decir a mis compañeros que todos juntos, si empujamos hacia el mismo objetivo y con la misma fuerza, podemos lograrlo. Todo esto va a pasar, en este buque nadie se rinde”.
La esperanza de dar buenas noticias
Guillermo Contreras, jefe de UCI de la Clínica Ricardo Palma
“A los 4 años decidí ser doctor. Ahora soy intensivista desde hace casi 14 años y jefe de la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) desde hace dos. Cuando empezó la pandemia, mis amigos en Italia, España y EE.UU. me comentaron cómo iba la situación. Así que elaboramos un plan desde febrero para pelear contra el covid-19. Esto nos has permitido atender a más de 100 pacientes.
Hace una semana que tengo descanso médico por una fractura. Aún así fastidio más desde el teléfono a mi equipo del cual estoy muy orgulloso porque manejan el peligro, superan el miedo de una manera loable. Junto a un grupo de médicos damos reporte a las familias. Este domingo lo emplearé en eso y espero darles buenas noticias que es lo que más le alegra a uno frente a esta enfermedad tan ingrata. Luego almorzaré con mi esposa, mis tres hijos y mi suegro.”
El anhelo de volver a abrazar a los hijos
Erick Augusto Quiroz Dávila, comandante de la PNP
“Vengo de una familia de policías, desde mis abuelos hasta mi hermano menor. Y vi el enorme sacrificio de mi papá al arriesgar su vida. Ahora, durante la pandemia, lo más difícil es que se ha acentuado la distancia con el hogar. Seis días a la semana permanezco en la dependencia. El corto tiempo libre que tengo, estoy con mis hijos. Procuro conversar con ellos sobre sus estudios, almorzamos y vemos alguna película. También planificamos un viaje pospandemia. El gran anhelo de los padres es que sus hijos sean profesionales, pero eso no garantiza ser buena persona. Por eso, deseo que ellos aprendan de mí a ser perseverantes, disciplinados y amar al prójimo. Este Día del Padre quisiera llegar a casa y que ellos me esperen en la puerta para colgarse de mi cuello, como cuando eran pequeños. Pero pasar este domingo en casa dependerá de la necesidad de mis servicios”.
El orgullo de poder ayudar a los demás
Teodoro Fernández, trabajador de Wong
“Me siento superorgulloso de estar en un sector clave que ayuda a diario a los peruanos a abastecerse para salir adelante. Hace 25 años entré a Wong y hoy más que nunca nos toca seguir dando lo mejor de nosotros para lograr esta labor.
El mejor regalo ya me lo dio Dios. Hace 20 años conocí en este trabajo a mi esposa y formamos una linda familia con tres maravillosos hijos que son mi razón para seguir adelante. Para este Día del Padre lo que más deseo es salud y que pronto nos podamos reunir con toda la familia como acostumbrábamos a hacer. También quisiera que se encuentre la cura a este virus y volver a abrazarnos. Me gustaría que mis hijos aprendan el respeto hacia todas las personas por igual. También, mi mayor anhelo es verlos conseguir sus sueños, y estar ahí para apoyarlos y verlos crecer”.