Tiffany & Co. quiere aliviar las preocupaciones de los clientes sobre los abusos a los derechos humanos en la industria del diamante, brindándoles una cantidad de detalles sin precedentes sobre las piedras preciosas que vende.
A partir de octubre, el minorista de lujo de 183 años proporcionará detalles de origen ampliados para los diamantes registrados individualmente de nueva fuente que trazan el camino de la piedra desde el suelo hasta el joyero. El proyecto, que según la compañía es una primicia en la industria, tardó casi dos décadas en completarse debido a los desafíos de rastrear la información de origen.
“La industria de los diamantes sigue siendo, en general, muy opaca en cuanto a la cadena de suministro de joyería”, asegura Anisa Kamadoli Costa, directora de sostenibilidad de Tiffany.
El mercado de la joyería, que ahora se tambalea por una caída abrupta de la demanda en medio de la pandemia de COVID-19, sigue siendo turbio incluso después de décadas de reformas por preocupaciones sobre abusos de derechos humanos en minas y fábricas. El sector tiene ventas anuales de alrededor de US$ 80,000 millones, según De Beers.
Tiffany dijo que no adquiere diamantes de “áreas de interés”, como Zimbabue y Angola, donde los observadores internacionales dicen que la minería está asociada con violaciones de derechos humanos.
Una mirada a la vasta cadena de suministro global de la compañía, que se extiende desde Namibia hasta Camboya y más allá, muestra los desafíos de rastrear un producto que a menudo mide solo unos pocos milímetros de ancho.
Los diamantes de la compañía son extraídos por proveedores en países como Sudáfrica, Rusia y Namibia, y luego se llevan a Bélgica para su clasificación.
Desde allí, las piedras en bruto viajan a países como Mauricio, Botsuana o Camboya para ser cortadas y pulidas, y luego se dirigen a laboratorios en EE.UU. y el sudeste asiático para clasificación y control de calidad. Los que pasan van a las instalaciones de Tiffany para ponerlos en joyas que son enviadas a las tiendas. La mayoría de sus diamantes son engastados en fábricas estadounidenses.
‘Muchos millones’
Las nuevas divulgaciones, que incluyen detalles sobre dónde se extrajo, clasificó, calificó, cortó y colocó una piedra, amplían el esfuerzo de Tiffany del año pasado para comenzar a proporcionar el país de origen de sus diamantes.
El joyero aumentó su plantilla en más de 2,000 entre el 2017 y 2019, principalmente en instalaciones de diamantes en el extranjero y fabricación de joyas nacionales, y desarrolló sistemas para rastrear piedras registradas individualmente.
El portavoz de Tiffany Nathan Strauss declinó especificar cuánto le costaron a la empresa las divulgaciones ampliadas, y señaló que la empresa había invertido “muchos millones” en la integración vertical durante dos décadas.
El proyecto de rastreo es la culminación de años de inversiones para expandir las operaciones de diamantes de Tiffany y de largas conversaciones con las minas para recopilar la información necesaria, afirma Andrew Hart, vicepresidente sénior de suministro de diamantes y joyas de Tiffany.
“Nos tomó bastante tiempo construir todo eso y desarrollar una masa crítica y convencer a nuestros socios mineros de que fueran más transparentes”, dijo.