Luego de idas y vueltas, finalmente la superfinal de la Copa Libertadores de América 2018 entre Boca Juniors y River Plate se jugará el 9 de diciembre en el estadio Santiago Bernabéu, del Real Madrid.

El partido de vuelta de la final entre los dos archirrivales argentinos fue suspendido dos veces el fin de semana pasado por graves incidentes en las afueras del estadio Monumental, de River, en Buenos Aires.

La Conmebol debería oficializar este jueves la fecha y sede del encuentro, a la espera de una decisión del tribunal de Disciplina del organismo por un reclamo que realizó Boca para que le otorguen la victoria y por lo tanto el título, debido a los incidentes.

La revancha de la final fue postergada por un ataque con piedras y palos de hinchas violentos de River al autobús que trasladaba al plantel de Boca al Monumental para disputar la revancha, que dejó heridos a varios jugadores 'xeneizes', entre ellos el capitán Pablo Pérez, con una lesión en su ojo izquierdo.

Desde la postergación del duelo final de la Libertadores se habían mencionado al menos una decena de ciudades, entre ellas Doha, Medellín, Miami, Asunción, Sao Paulo y Génova.

En España viven unos 72.000 argentinos con residencia, según el Instituto Nacional de Estadística del país europeo.

Ambos equipos igualaron 2-2 en el partido de ida de esta final, jugado el 11 de noviembre en el estadio La Bombonera, de Boca Juniors, sin que se produjeran incidentes.

En manos del Tribunal
Boca se presentará a jugar el partido en Madrid para evitar sanciones, pero advirtió que recurrirá hasta el TAS (Tribunal Arbitral del Deporte) para hacer valer sus argumentos si son rechazados en los ámbitos de la Conmebol.

Amparándose en el artículo 18 del Reglamento de Disciplina de la Conmebol, Boca presentó el miércoles nuevas pruebas de los incidentes en respaldo de su reclamo para que River sea descalificado y que le sea otorgado el título.

"Nosotros no aceptamos jugar ningún partido hasta que el Tribunal se expida", ratificó tajante la noche del martes el presidente 'xeneize', Daniel Angelici, advirtiendo que "no estoy conforme con que hayan puesto una fecha para jugar", aunque este jueves suavizó su postura y, según medios de prensa, comunicó que jugará el partido.

En la cancha
El presidente de la Conmebol, Alejandro Domínguez, fue claro sobre la realización de la final.

"El partido final se juega fuera de Argentina", había afirmado el martes el jefe de la Conmebol.

El artículo 18 contempla la determinación del resultado o la descalificación, una norma por la que Boca fue expulsado en octavos de final de la Libertadores en 2015 ante River, debido a que los jugadores millonarios fueron atacados con gas pimienta a la salida del entretiempo en la Bombonera.

River terminó ganando ese año su tercer título de Libertadores, mientras Boca, en la cancha o en el escritorio, busca su séptima corona para igualar a su compatriota Independiente como máximo ganador del certamen continental.

De vuelta a los terrenos de juego
Mientras tanto, Boca Y River deberán volver a los campos de juego este fin de semana, en el marco de la decimocuarta fecha de la Superliga argentina.

El equipo 'xeneize' jugará el domingo un clásico contra Independiente, al que quiere alcanzar como máximo ganador de la Copa Libertadores con siete títulos, mientras River también lo hará el mismo día contra Gimnasia de La Plata, el mismo equipo que viene de eliminarlo el miércoles en semifinales de la Copa Argentina.