(Foto: Difusión)
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La súbita cancelación de una de las series de comedia más populares de la televisión estadounidense ha dejado una ola de desempleo e incertidumbre.

El tuit racista de y la eliminación casi inmediata de su relanzado programa dejaron a cientos de personas sin trabajo, algunas preguntándose si les pagarán y muy pocas con opciones legales.

"Muchos son solo estadounidenses de clase media ganándose la vida y ahora están desempleados, especialmente en momentos en que estamos redoblando la producción para la temporada de otoño", dijo Rebecca Sun, de la publicación The Hollywood Reporter, en una entrevista con The Associated Press.

"Es bastante devastador para todos los que trabajaron en esa serie que ahora son parte del daño colateral como resultado de las creencias racistas de su estrella", agregó.

Los detalles contractuales de los involucrados con el programa, incluida Barr, no estaban claros de inmediato, y podrían evolucionar en los próximos meses.

Expertos dicen que las figuras de alto perfil en la industria televisiva suelen tener cláusulas en sus contratos que les proporcionan indemnizaciones significativas por programas que no son producidos.

Los empleados de menor escala por lo general están gafados en un momento desafortunado. Aunque "" y muchas series acaban de transmitir los capítulos finales de la temporada, los empleos para la próxima temporada están en su mayoría tomados.

Ben Sherwood, presidente de Disney-ABC Television Group, se disculpó en un memorando el miércoles con "los muchos hombres y mujeres que se entregaron por completo a la serie y estaban apenas comenzando con la próxima temporada. Lamentamos mucho que hayan sido barridos por todo esto y les damos las gracias por sus notables talentos, les deseamos bien y esperamos encontrar otra manera de trabajar juntos más adelante".

La cancelación coincidió con el primer día de reuniones del nuevo equipo de guionistas para la temporada de otoño de "Roseanne". Los escritores llegaron tras el tuit de Barr, pero antes del anuncio de la presidenta de ABC Channing Dungey de que el show había sido cancelado, llevando a lo que el productor ejecutivo y guionista Dave Caplan dijo que fueron "muchos holas amargos — y un par de horas más tarde, muchos adioses muy difíciles".

"Todo el mundo aún está en shock por lo rápido que todo esto se vino abajo", dijo Caplan a The Hollywood Reporter. "Es desafortunado porque los escritores rechazaron otros trabajos para aceptar este y nadie sabe realmente qué tipo de compensación recibirán".

Para miembros del elenco y el equipo de producción que tenían contratos de largo plazo, el tuit de Barr que hundió la serie podría calificarse, así de extraño como suene, como un "acto de Dios". Legalmente, una "fuerza mayor" o "acto de Dios" es un acontecimiento impredecible, como un sismo o una revuelta, que cambia las circunstancias subyacentes.

"Significa algo fuera del control de las partes. El discurso de Roseanne no estaba bajo el control de ABC", dijo F. Jay Dougherty, un profesor que se especializa en leyes de entretenimiento y medios en la Escuela de Derecho de Loyola en Los Angeles. "No me sorprendería si el estudio tratara esto como ese tipo de acontecimiento, lo que le daría el derecho a terminar contratos".

La propia Barr sugirió recientemente en Twitter que ella misma podría tratar de tomar algunas medidas.

"Ustedes me dan ganas de contraatacar", tuiteó la actriz a sus seguidores el miércoles. "Examinaré todas mis opciones cuidadosamente y les dejaré saber".

No obstante, su contrato tendría una "cláusula moral", que suele incluirse en contratos de estrellas de televisión, deportistas y otras figuras prominentes, exigiendo un comportamiento estándar como rostro de una empresa.

"Si hay una cláusula moral en su contrato, entonces violarla le daría al estudio el derecho de poner fin a su contrato, y posiblemente incluso demandarla por daños por haber incumplido el contrato", dijo Dougherty.

"No podemos predecir si habrá demandas o no", señaló, "pero no creo que hayan demandas exitosas", añadió.