Las operaciones de factoring, que venían ganando terreno desde su aparición, empezaron a contraerse.
Al cierre de julio, el financiamiento bancario a empresas a través de las facturas que emiten por sus ventas cayó 1% de S/ 4,195 millones a S/ 4,157 millones en el último año, según datos de la Superintendencia de Banca, Seguros y AFP (SBS).
“Los bancos están siendo más cautos y evitan exponerse más con las empresas hasta estar seguros de si estos negocios tendrán un buen futuro, tienen ventaja competitiva en su sector o si podrán salir (a flote)”, señaló a Gestión el consultor Marco Antonio Zaldívar.
Mayor riesgo
Esta es una alternativa de crédito mediante la cual una empresa proveedora de bienes o servicios traspasa la cobranza futura de las facturas existentes a su favor a la banca o empresas de factoring, a fin de tener dinero de inmediato.
Pese a que en los próximos meses algunas empresas estarán apoyadas por programas del Estado, con extensiones de plazo en los pagos, no todas soportarán la crisis e incumplirían sus obligaciones, agregó Zaldívar.
La banca tiene una serie de productos, por lo que puede revisar sus operaciones y decidir no impulsar aquellas que conllevan un mayor riesgo, como el crédito con facturas, dijo Percy Augustin, CEO de Innova Factoring.
El plazo de pago de facturas de las empresas a sus proveedoras se amplió tras la cuarentena, de un periodo usual de 30 a 60 días, a otro que ahora va de 90 a 120 días, lo que también eleva el riesgo de impago, añadió.
Expertos coinciden en que la cautela de las entidades bancarias las conduce a enfocarse en préstamos más seguros, como los otorgados en Reactiva Perú que cuentan con garantía del Estado.
Asimismo, Augustin señaló que el factoring se mueve de acuerdo con la evolución de la economía, por lo que la paralización de actividades en el país fue otra causal del menor número de transacciones.
“El PBI cayó, la emisión de facturas también y, por ende, las operaciones de descuento con facturas se redujeron”, refirió Rafael Zorrilla, CEO de Perú Factoring.
Las compañías operan al 50% y otras, por el cumplimiento de los protocolos sanitarios, demoran la validación y aceptación de obras, por ejemplo, lo que no permite facturar a los proveedores, manifestó.
Otras empresas prefieren seguir manejando las condiciones de pago directamente con su proveedor, acotó.
Respaldo
Zaldívar coincidió en que las ventas reducidas, comparadas con periodos pasados, afectan las facturas emitidas y, ante la elevada competencia en este mercado (con empresas de factoring), disminuye el margen de la banca.
Añadió que ante el mayor riesgo de estas operaciones se eleva la tasa a la que descuentan las facturas los bancos, lo que perjudicaría la expansión del producto.
Esta situación no se replica en las empresas de factoring, pues desde hace unos meses reciben el respaldo de Cofide, lo que impide un aumento en la tasa que ofrecen, según Zorrilla.
Los entrevistados mencionan que los sectores que más redujeron su financiamiento con facturas son turismo, construcción y gastronomía, pues sus ventas cayeron incluso a cero en algunos casos. Por el contrario, se favorecieron comercios e industrias dedicadas a alimentación básica, farmacéuticas y mineras.
Volumen
“El vaso para las operaciones con facturas está casi lleno en los bancos, les falta muy poco, y cuando eso suceda los usuarios acudirán a empresas de factoring”, dijo Zorrilla.
En tanto, Zaldívar estima que el declive del factoring bancario seguirá el resto del año pese a que la economía puede mejorar, “pues a la banca no le importa solo el volumen sino además el riesgo”.
Sobregiros caen 40% por restricciones
Los sobregiros en cuenta corriente en la banca disminuyeron 40% a julio, comparados con similar periodo del año pasado, según estadísticas de la SBS. Ante la menor actividad económica y mayor incertidumbre, los bancos han limitado los sobregiros por ser el producto más riesgoso, dijo Rafael Zorrilla, de Perú Factoring. “Al no haber seguridad en la continuidad de la cadena de pagos, automáticamente se restringe por sectores, por tamaños de clientes o según las directivas del área de riesgos de cada entidad financiera”, aseveró.
Según Marco Antonio Zaldívar, la banca restringió los sobregiros automáticos, como parte de su modelo de precaución ante el mayor riesgo del cliente.
“Los bancos se dieron cuenta de que era como una puerta abierta para que las empresas tengan una línea de crédito y les podría traer problemas luego, al momento de pagar; ahora prácticamente se le tiene que pedir permiso a la banca para hacer una de estas operaciones (sobregiros)”, expresó.