La pandemia cambió las preferencias de los consumidores, lo cual impactó en las ventas de la mayoría de empresas.
Muchas mypes tuvieron que reinventarse y cambiar de giro de negocio, mientras que otras, menos afortunadas, no tuvieron más opción que dejar de operar, señaló Daniel Hermoza, director de Mypes Unidas del Perú.
Señaló que los negocios pudieron subsistir la primera cuarentena por sus ahorros, pero ahora ya no cuentan con fondos para mantener sus actividades.
En tanto, Jorge Delgado, presidente de la Asociación de Instituciones de Microfinanzas (Asomif), comentó que los microempresarios deben ser responsables y evaluar la situación de su negocio. Es necesario identificar si la mype puede o no continuar en el mercado, añadió.
En esta línea, mencionó algunas señales a tener en cuenta para saber que llegó el momento de liquidar el negocio. Si la empresa ha reprogramado su deuda y no está en sus posibilidades pagar la cuota, puede volver a negociar con su entidad financiera, refirió.
Empero, si el negocio no está generando flujos de ingreso, es momento de cerrarlo, manifestó.
“Si es una mype recurrente, aunque esté vendiendo menos y registre problemas de pago por la pandemia, se le puede otorgar nuevo crédito; de lo contrario, para qué solicitaría financiamiento si no podrá cumplirlo”, acotó.
Asimismo, explicó que si la velocidad de ventas, rotación de productos, y es cada vez más difícil sacarlo adelante, se requiere repensar la continuidad del negocio.
Además, si la mype ya no puede diferenciar los gastos del negocio de los gastos de la familia y se ve obligada a quitar flujos de uno para cubrir eventualidades del otro, debería analizar su salida del sector, detalló.
Hay que separar claramente los flujos de caja para evitar algunas distorsiones provenientes de atender obligaciones tanto de la familia como del negocio, añadió.
Por su parte, Hermoza indicó que si bien las empresas deben ahorrar la mayor cantidad de costos, también sería bueno evitar un impacto en el empleo.
“Tratemos de salvar el mayor número de puestos de trabajo, al no haber empleo en las mypes, no hay consumo, la rueda no gira y se vuelve un círculo perverso”, manifestó.