El Perú ha pasado por dos momento en los últimos 15 años: inicialmente, la incidencia de la pobreza se redujo con rapidez acompañada de un crecimiento económico importante; pero, con la posterior desaceleración de la economía, el porcentaje de pobres empezó a “estabilizarse” en alrededor de 20% de la población. En paralelo, el número de personas vulnerables -que están cerca de la línea de pobreza- se incrementó hasta llegar al 34% de peruanos.
Con estas características, el país tuvo que enfrentarse a la crisis sanitaria y económica iniciada el año pasado, obteniendo como resultado un deterioro de lo alcanzado. ¿Cuál fue la magnitud del golpe de la pandemia y las medidas tomadas por el Estado? Según estimaciones (cierre del 2020), en cifras gruesas, alrededor de 7 de cada 10 peruanos son personas pobres o tienen una alta probabilidad de caer en esta situación, mencionó Álvaro Monge, socio de Macroconsult.
Los números
El año pasado, la pobreza habría alcanzado al 27% de la población en el Perú, e incluso -en un peor escenario- se hablaría de un 29% del total.
Esto nos podría llevar a pensar que la población vulnerable se redujo (porque parte de ella retornó a la pobreza), pero no fue así. Las proyecciones de Macroconsult revelaron que este grupo se habría elevado de 34% a 36%. “Hay una gran cantidad de personas del segmento no pobre y no vulnerable que cayeron a la vulnerabilidad. El choque que hemos tenido es empobrecedor”, mencionó.
No solo la clase media vulnerable recibió el impacto de la coyuntura actual. El porcentaje de personas del segmento medio no vulnerable e incluso -aunque en menor medida- el de las personas con ingresos altos se redujo, respecto al resultado del 2019. A pesar de estar aparentemente más consolidados, la clase media no vulnerable habría pasado de 41% a 33% el año pasado; y la de mayores ingresos se redujo de 5% a 4%.
La pobreza por segmentos
¿Quiénes fueron los más afectados? Cualitativamente, el choque se concentró en las zonas urbanas fundamentalmente. Aunque la pobreza rural, en términos de incidencia, es más alta que la urbana, los cambios en los porcentajes serán más notorios en las ciudades.
“Lo que presumo es que las zonas más urbanas son las que van a registrar un mayor número de personas pobres, principalmente en las zonas más pobladas, entre ellas, Lima Metropolitana”, remarcó el economista.
La crisis sanitaria y económica también afectó, sobre todo, al segmento de menor productividad laboral, es decir, a los trabajadores autoempleados, independientes, informales; en muchos casos vinculados al sector servicios.
Y si se desagrega por grupos de edad, la población más joven es la que necesitará más ayuda para salir de la pobreza. “Es mucho más probable que un joven que entra al mercado laboral no consiga empleo en la coyuntura actual, a que un adulto pierda el empleo que tiene”, explicó.
Monge consideró que para contrarrestar el impacto de la pandemia se utilizó “casi todo el recetario” posible de medidas, pero muchas de estas no llegaron en el momento oportuno, o no tuvieron la envergadura necesaria. A esto se sumaron las ausencias que se arrastran en el Perú desde el pasado: el país no cuenta con una red de protección social y la sociedad es altamente informal.
La incertidumbre del 2021
Aunque aún es pronto para saber qué pasará este año -considerando la incertidumbre que existe-, Monge estimó que la pobreza alcance al 25% o 26% de la población peruana, mientras que el porcentaje de vulnerables continuaría creciendo por un mercado laboral recuperándose, pero con tasas de informalidad más altas.
- Pobreza crónica. Álvaro Monge, socio de Macroconsult, explicó que cuanto más se reduce la pobreza, esta empieza a replegarse a su número más duro (pobreza crónica), haciendo más difícil erradicarla. En este contexto, para el Perú -según diversas estimaciones- este núcleo debería oscilar entre 10% a 16%; sin embargo, la incidencia de pobreza en el país estabilizó en alrededor de 20% en los últimos años, explicó. Y ahora, esta cifra se disparó.
Gasto familiar per cápita se recuperaría en 3 años
La “combinación” entre el menor empleo y los menores ingresos dan como resultado la contracción de la masa salarial. En el Perú, dicha caída está en alrededor de 20%, señaló Álvaro Monge, socio de Macronconsult.
Aunque esta cifra no se traslada perfectamente al gasto de las familias (porque además de sus ingresos por trabajo, pueden acceder a liquidez a través de préstamos, ahorro, entre otros), sí nos da una señal de la situación actual.
Macroconsult analizó un indicador llamado gasto familiar per cápita, y obtuvo que se contrajo 10% en el 2020. Con ello, estimó que para que este retorne a niveles prepandemia, le tomará al Perú al menos tres años.
“¿En qué momento regresas a la situación prepandemia? Desde el punto de vista de las familias, nosotros usamos un indicador que se llama el gasto familiar per cápita. Entonces, tenemos una reducción de 10%, y para que se vuelva a los niveles del 2019, van a pasar casi tres años. Es un tiempo bastante prolongado antes que recuperemos nuestra capacidad de compra”, subrayó. El tiempo estimado está sobre la base de un escenario en el que la economía continúa creciendo. Solo de esta manera se recuperaría -de manera paulatina- el gasto familiar per cápita hacia finales del 2022.