Estadio Chelsea (Foto: Pixabay)
Estadio Chelsea (Foto: Pixabay)

Revolución en el deporte del balompié. Cuando el , Roman Abramovich compró el Chelsea en 2003, las vitrinas del club apenas albergaban una Liga, tres Copas y dos Recopas de Europa. Hoy, 14 temporadas después, la sala de trofeos de Stamford Bridge ha tenido que ampliarse para dar cabida a otras cinco Ligas, cuatro Copas, una y una Europa League.

En todo este tiempo, Abramovich ha invertido más de 1.500 millones de euros (US$ 1 838 millones) que han servido para hacer del Chelsea, un equipo clásico pero humilde en el fútbol inglés, uno de los clubes más grandes del continente.

Petrodólares
En 2011, Investments adquirió el Paris Saint-Germain, un equipo acostumbrado a vagar por la clase media del fútbol francés. Nasser Al-Khelaifi, presidente y director general del club parisino, se consolidó como la cara visible de un proyecto que fue impulsado directamente por el actual emir de Catar, Tamim bin Hamad Al-Thani.

El respaldo de las autoridades catarís se refleja en su ambiciosa hoja de ruta, que pretende cambiar el mapa del poder en el fútbol europeo.

El último paso se produjo el pasado verano, con la contratación de Neymar y Mbappé por una cantidad global de más de 400 millones de euros (US$ 490 millones), que coloca su inversión en fichajes en una cifra superior a los 1.000 millones (US$ 1.225 millones) en sólo siete temporadas.

Por otra parte, la compañía Abu Dhabi United Group se hizo con el Manchester City en 2008. Desde entonces, su propietario es el jeque Mansour bin Zayed Al Nahyan, miembro de la familia real de Abu Dhabi y ministro de asuntos presidenciales de Emiratos Árabes Unidos.

En su empeño por llevar al City a lo más alto, no ha escatimado en traspasos: su gasto en casi 10 años es el más desmesurado del fútbol mundial.

Con un desembolso de 250 millones de euros (US$ 306 millones) en el último mercado de fichajes, el City ya supera los 1.500 millones (US$ 1.838 millones) en menos de una década.

Otro caso es el de City Football Group, la corporación creada en 2014 por Mansour bin Zayed para gestionar sus intereses deportivos, ha ido ampliando sus dominios.

Así, ha apostado por gestionar otros clubes de distintos países para crear una red que encabeza el Manchester City. Actualmente, ya controla el Girona, New York City, Melbourne City y el Club Atlético Torque uruguayo, además de una participación minoritaria en el Yokohama Marinos japonés.

Mercado español
El primer gran movimiento se produjo en 2011, cuando el jeque Abdullah bin Nasser Al Thani -miembro de la familia real de Catar- compró el Málaga.

Tras una potente inversión inicial que llevó al equipo a alcanzar los cuartos de final de la Champions en 2013, el Málaga fue sancionado y excluido de la competición europea durante una temporada por no ajustarse a los estándares marcados por la Uefa.

Desde aquel momento, Al Thani tomó la decisión de no invertir más dinero de su bolsillo y el rendimiento deportivo se resintió.

El Valencia, uno de los clubes más laureados del fútbol español, fue adquirido en 2014 por el magnate Peter Lim, procedente de Singapur y propietario de la compañía inversora Meriton Holdings.

Lim gastó alrededor de 200 millones en fichajes en sus primeras tres temporadas, pero su inversión no floreció.

Otros casos de inversión extranjera en el fútbol español son los de Wanda, que posee en torno al 17% del Atlético de Madrid, y de Chen Yansheng (propietario de Rastar Group) que se hizo con el Espanyol en 2016.

Mercado asiático
Actualmente, la inversión asiática ha entrado con fuerza en el mercado futbolístico italiano y se ha hecho con dos de sus principales buques insignia, que pasan por horas bajas.

En junio de 2016, el gigante chino Suning adquirió el 70% del Inter de Milán. Tres años atrás, el empresario indonesio Erick Thohir ya había relevado a su histórico presidente Massimo Moratti, tras 18 años en el cargo.

También Silvio Berlusconi se vio obligado a vender su Milan a un consorcio chino, después de presidir el club rossonero durante 31 años. Su nuevo presidente es el empresario Li Yonghong, que aseguró que la inversión en la entidad superaría los 1.000 millones en 3 años.

Uno de los casos más curiosos es el del oligarca ruso Dmitry Rybolovlev, que compró el Mónaco en 2011 cuando se encontraba en segunda división francesa.

Tras volver a la máxima categoría, llevó a cabo una serie de traspasos que impactaron al mundo del fútbol, logrando los fichajes de James Rodríguez, Falcao y Moutinho por más de 150 millones de euros.